Spread the love

Todo sucedió este 25 de julio, luego de una requisa en el Penal de Chimbas. El interno Galván, de 20 años, se encontraba alojado en el pabellón 4, sector 3, denominado pabellón de los religiosos, son los condenados que profesan y practican la fe.

Al ingresar a su celda tras la requisa, el sentenciado por robo, perdió su dedo índice de la mano izquierda porque un penitenciario cerró la celda sin que el preso ingresara completa a la habitación. Su mano continuaba en la puerta de la prisión.

La familia del preso va a presentarse a hacer la denuncia por lesiones graves y por no haber atendido de inmediato el grito de auxilio de reo. Lo acusan de no chequear que el interno hubiese entrado por competo a la celda.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *