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El derechista ex capitán del Ejército Jair Bolsonaro, quien asume mañana la presidencia de Brasil, afirmó hoy que en su gobierno combatirá a la «basura marxista» que según el está instalada en el sistema educativo brasileño para «formar ciudadanos y no militantes políticos».

«Una de las metas para sacar a Brasil de los peores rankings mundiales es combatir la basura marxista que se instaló en las instituciones educativas», dijo Bolsonaro por las redes sociales, un día antes de asumir como el presidente número 38 del principal socio comercial de la Argentina.

Según Bolsonaro, «con el Ministerio de Educación y otros sectores vamos a evolucionar en formar ciudadanos y no más militantes políticos».

La derecha -incluido el bloque evangélico- que respalda a Bolsonaro en el Congreso fracasó este año en aprobar un proyecto llamado Escuela Sin Partido, que autorizaba a denunciar a profesores que enseñaban teorías políticas de izquierda como el marxismo a estudiantes de niveles primario y secundario.

El propio Bolsonaro dijo que a partir de ahora el revisará personalmente el examen de nivel para calificar el ingreso a las facultades, luego de quejarse, por ejemplo, sobre textos que hablaban de travestis.

El futuro ministro de Educación es el colombiano naturalizado brasileño Ricardo Vélez Rodríguez, quien era docente en las escuelas del Ejército y es un defensor de «enseñar a celebrar el golpe militar de 1964″ que instaló una dictadura en Brasil hasta 1985.

Vélez Rodríguez fue indicado en el cargo por el gurú ideológico de la familia Bolsonaro, el astrólogo radicado en Estados Unidos Olavo de Carvalho, quien ha levantado la bandera ‘antimarxista» dentro de la política brasileña.

Armas

El 61% de los brasileños está en contra de la liberalizar la tenencia de armas de fuego entre los civiles, una de las promesas del mandatario electo, Jair Bolsonaro, para combatir la criminalidad, según una encuesta de Datafolha divulgada hoy por el diario Folha de Sao Paulo, en la víspera de la asunción presidencial.

Bolsonaro y el ex juez Sérgio Moro, futuro ministro de Justicia, preparan un decreto para facilitar el registro y la posesión de armas de fuego para defensa personal como una medida contra la inseguridad.

Según la encuesta, en octubre el 55% estaba en contra de la liberalización de los controles sobre las armas de fuego a civiles y esa cifra subió tras la elección que consagró al ultraderechista Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL).

Datos oficiales del Atlas de la Violencia 2018, elaborado por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, indican que de 2006 a 2016 aumentó un 27,4% el número de muertes por armas de fuego en Brasil.

Sólo en 2016 murieron por disparos de armas en manos de civiles y policías 44.475 personas.
En medio de esta creciente violencia armada, la encuesta realizada en diciembre arrojó que el 61% de los brasileños está en contra porque «la liberalización de la tenencia de armas debe ser prohibida porque representa una amenaza a la vida de otras personas».

Quienes están a favor de la tenencia de armas es el 37% de la población, contra el 41% en octubre.

Bolsonaro acuñó como su gesto de campaña electoral simular con sus dedos un revólver, lo cual le valió gran popularidad en su discurso contra la criminalidad.

Datafolha informó que cuanto más rico es el ciudadano brasileño más está favor de la flexibilización del porte de armas.

Entre los que ganan más de 3.000 dólares mensuales hay un 54% de favorables a la liberación de armas, pero eso cae a 32% cuando es alguien que gana hasta 550 dólares.

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