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Adentro hacía tanto frío como afuera. Por la puerta ingresaba la llovizna acarreada por las oleadas de viento helado. Y la única frazada no era suficiente para abrigar a los niños que se acurrucaron en el colchón que estaba en el piso. Mientras, su mamá, con dos meses de embarazo, intentaba encender unas tablas para calentar el ambiente. Esta es la imagen que mostró ayer un sector de la estación de servicio abandonada que está en Avenida España y 9 de Julio y que desde hace 3 semanas se convirtió en el hogar de una familia, integrada por una pareja y 4 niños de entre 2 y 14 años. Según contó Silvia, la madre de los chicos que no quiso dar su apellido, decidieron usurpar estas instalaciones para refugiarse del frío y hasta tanto encuentren un lugar más digno donde vivir.

La mugre y los perros callejeros forman parte del paisaje cotidiano de este lugar. «A veces los niños más chicos lloran de frío, pero no tengo más frazadas para taparlos. Así que a cada rato les doy una taza de té caliente para que entren en calor, pero con estos días de lluvia es casi imposible», dijo Silvia.

La mujer contó que hasta hace 3 semanas vivían en una casa que alquilaban en Chimbas, pero que tuvieron que abandonarla luego de «tener un pleito» con su dueña. Y como no tenían dónde ir, fueron a alojarse en esta estación abandonada. «Es muy complicado vivir acá porque estamos en medio de la mugre y porque no pude traerme ningún mueble por miedo a que me lo roben. Por eso hasta tenemos que comer en el suelo. Pero no estamos tan mal porque puedo seguir mandando a los chicos de 5, 8 y 14 a la escuela y a ninguno le falta comida. Mi marido y yo nos esforzamos para que no pasen hambre», dijo.

Silvia cobra 4.000 pesos de la Asignación Universal por Hijo, mientras su pareja vende medias y repasadores en el microcentro. Dijo que con eso les basta para sobrevivir y sin la ayuda de nadie. «Una vez vino la gente del 102 y nos prometió traernos frazadas, leche y pañales, pero nunca más volvió. Pero, mejor que no vuelva ni intente sacarme a los niños porque son mis hijos, están bien y no son delincuentes para que vivan encerrados en un hogar. Además, en unos días, ya vamos a estar mejor», sostuvo la mujer.

Agregó que está esperando cobrar la Asignación para alquilar por 2.000 pesos una casa humilde que le ofrecieron en Capital. Dijo que con los 2.000 pesos restantes más la plata que gane su pareja con la venta ambulante les será «suficiente para sobrevivir».

 

> Cuidadores

Silvia dijo que desde que está viviendo con su familia en esta estación abandonada, los malvivientes dejaron de usar las instalaciones como «aguantadero». Agregó que antes entraban al lugar algunos jóvenes para tomar alcohol o drogarse.

Diario de Cuyo

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