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Las niñas supuestamente raptadas en Caucete no presentan lesiones que indiquen que hayan sido violadas, indicaron fuentes judiciales. Si bien eso trae alivio a los investigadores, no descartan otro tipo de abuso. Para ello esperan tomar declaración a cada una de las pequeñas, a través de Cámara Gesell, para saber en primera persona qué hacía Mario “El Chingolo” Ortiz cuando se quedaba con ellas.

“El Chingolo” Ortiz todavía continua detenido por orden del juez Guillermo Adárvez, titular del Tercer Juzgado de Instrucción, hasta tanto no se aclaré por qué tenía a las tres pequeñas -de 8 y 6 años- en su rancho en la zona Caucetera de Las Talas. Por el momento no hay una ijmputación concreta en su contra. El sujeto habría dicho que se las llevó para cuidarlas, pero la sospecha que existe es que abusaba de ellas, incluso de antes. Una vecina dejó entrever que “El Chingolo” hacía “cosas horribles” con las pequeñas. Es que no era la primera vez que las nenas se quedaban en su precaria vivienda. En este sentido, la justicia también mira de reojo la responsabilidad de la madre en todo esto, puesto que aparentemente el hombre se llevaba a las niñas con su consentimiento.

Para los investigadores es clave escuchar a las niñas, que de seguro revelaran qué sucedía en ese rancho de Las Talas o qué hacía “El Chingolo” con ellas. Por el momento fuentes judiciales aseguraron que los exámenes médicos indicaron que las niñas no presentan lesiones compatibles con las heridas de un ataque sexual. De todas formas, eso no quiere decir que no hayan sido abusadas. Por eso son importantes las declaraciones de las pequeñas a través Cámara Gesell.

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