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Tras la aparición sanas y salvas de las tres nenas cauceteras (una tiene 8 y las otras dos son mellizas de 6) que este domingo movilizaron a buena parte de San Juan y que fueron buscadas por policías, voluntarios y hasta el helicóptero de la provincia, ahora la investigación se centra en saber qué pasó en las horas que las menores estuvieron con Mario «El Chingolo» Ortíz, que ya fue detenido.

Las nenas están internadas y contenidas. Lo que sigue es un paso clave: investigar si las abusó. Una fuente del caso contó a este diario que «no hubo violación, eso sabemos que no», pero las primeras palabras de al menos una de las criaturas apunta a que la vejación existió, algo que se determinará con el testimonio en Cámara Gesell.

Los escasos dichos de las menores apuntan a que Ortíz las obligó a practicarle sexo oral, posiblemente en la especie de choza que tiene en la zona de Las Talas, cerca del lugar donde se está la planta de basura en Caucete.

También la Justicia pondrá los ojos en determinar si antes de este episodio del domingo, existió o no escenas de abuso sexual.

El sujeto, en sede policial, sólo dijo que «estuvieron caminando» y que son «como mis hijas»

El otro aspecto a dilucidar, es si la madre de las nenas, Marta Pelayes (39), le facilitaba sus hijas a Ortíz para esas presuntas prácticas o si sólo las cuidaba ante la ausencia de la mujer.

Pelayes está en el ojo de la tormenta porque, quien saca a la luz la desaparición de las tres nenas, es una vecina y no la propia madre.

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