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Una rescatista de animales denunció que hace unos días vivió un verdadero infierno cuando quedó detenida en la Comisaría 9na de Caucete.

La denunciante declaró en exclusivo a Telesol Diario que tres policías de esa seccional la sometieron a distintos vejámenes: aseguró que la golpearon, que otro la manoseó, que le sacaron una cadenita de oro y que además la hicieron sacarse la ropa interior frente al resto de los presos. Pero no sólo eso, también manifestó que la hicieron dormir en un calabozo atestado de heces y orina.

Por ser una víctima de un presunto delito sexual, no se la identificará. Sólo se dará sus iniciales: S.A.R. La joven, de 32 años, dijo que el martes pasado su hermano, que es camionero, fue con otra de sus hermanas a buscar una heladera a un comercio caucetero. Allí hubo una colisión que enardeció al otro conductor porque el parabrisas se le trizó.

Luego hubo un intercambio de palabras entre la hermana de la denunciante y el automovilista. Los ánimos se caldearon y la mujer y el hombre terminaron a los golpes, según datos policiales que brindaron a este diario. Lo concreto es que los tres acabaron en la Comisaría 9na para denunciar el choque y la agresión.

 

Enterada de la situación, S.A.R. fue hasta esa dependencia policial para ver qué pasaba y para hacer los trámites del seguro. Pero allí se encontró con el primer problema. Sus hermanos estaban presos.

“Los recibió un oficial de apellido Olmos que les dijo que él traía muchos problemas y que mis hermanos les traían más problemas. Mi hermano le dijo que no había problema y que iban a ir a la Central (de Policía) a hacer la denuncia para no causarle más problemas. Ellos se levantan de la silla y cuando se iban a subir el camión”, indicó S.A.R.

En ese momento, “el oficial salió, les cerró violentamente la puerta y les dijo que fueran adentro para que les tomaran la denuncia. Cuando ellos ingresaron a la seccional los dejaron presos sin decirles el motivo. Supuestamente, era para llevarlos a la Central”, agregó la denunciante.

 

 

Al rato, la rescatista y su madre fueron a la comisaría para interiorizarse de lo que había pasado. “A mis hermanos nunca los vi. Fui con mi madre y me encontré a mi sobrino en la mesa de entrada. Quise hacer una llamada y le dije a mi mamá que fuéramos para hacer el trámite del seguro. Ahí salieron Olmos y una agente de apellido Garipe para decirme que me dejaban detenida. Pregunté tres veces porqué me dejaban detenida y no me dijeron nada”, aseguró la mujer.

“Les dije que no me tocaran, que iba a ingresar sola porque no había hecho nada. Paso la mesa de entrada, la cocina y en el patio Garipe me dijo ‘ya vas a saber lo que es esto, negra de mierda’ y me agarró de los pelos desde atrás, a traición. Me zamarreó y me rompió una cadenita de oro que me dio mi padre cuando cumplí los 15″, afirmó la víctima.

Siguiendo con su relato, la mujer dijo que “intenté agarrar la cadenita y allí ella me dio una piña en el pecho derecho. Ahí le dije que no me pegara porque tenía un tumor mamario y ahí es donde un sargento me dijo ‘levantá las manos a ver si es cierto que tenés un tumor’. Y empezó a manosearme los pechos“.

Con respecto a ese sargento, S.A.R. no quiso dar su nombre porque tiene miedo a las represalias. Luego de esa situación, a la rescatista la dejaron alojada en un calabozo, donde vivió otras situaciones denigrantes y abusivas.

“Vinieron y me ordenaron que me desnudara, inclusive que me sacara la ropa interior porque era un protocolo que tenían que seguir. Y todo eso lo tuve que hacer frente a los presos. Me dejaron en una celda en al que no había inodoro y que tenía el piso con material fecal y orina. A mi hermana la hicieron que se bañara en el baño de los detenidos“, denunció la chica.

Al día siguiente, a S.A.R. la trasladaron a la Seccional 10ma y al ver el estado en el que estaba, los policías de esa dependencia decidieron llevarla de nuevo al médico legista. Esa misma noche, tuvo una crisis nerviosa y debieron asistirla en una sala de primeros auxilios de 25 de Mayo.

“PARA MÍ Y MI ABOGADO LO QUE ME HICIERON FUE TODO UNA VENDETTA”

Dos días después, la rescatista fue liberada y fue a la Subsecretaría de Control de Gestión para denunciar a los tres efectivos. Luego a la Sección Seguridad Personal para denunciar al sargento. Consultada por el detonante de semejante agresión, la denunciante cree que todo tiene que ver con una especie de “venganza“.

“Nunca me dejaron hablar con mi abogado y le mintieron. Hace un tiempo un sobrino tuvo un accidente en moto y los policías de la 9na se olvidaron de hacer la pericia. Entonces lo mandaron a él que la haga. Y nosotros expusimos esa situación. Para mí y mi abogado lo que me hicieron fue todo una vendetta“, expresó la proteccionista.

Altas fuentes policiales confirmaron a Telesol Diario que están investigando el caso y que están esperando directivas del Segundo Juzgado de Instrucción para analizar las cámaras de seguridad de la Comisaría 9na y recopilar otra serie de evidencias.

“La verdad es que no me duele tanto los zamarreos ni los golpes ni el abuso al que me sometieron, sino que lamento en el alma haber perdido la cadenita que me regaló mi padre. Para mí eso tiene un valor sentimental enorme y ahora no la tengo por culpa de ellos”, dijo S.A.R.

fuente: TeleSol Diario

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