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Menos de un día duró tras las rejas Miguel Ángel Flores (20), alias «Negrito», un sujeto que está acusado de cometer múltiples robos y que tiene a maltraer a todo un barrio caucetero.

Durante la mañana de ayer lunes, pesquisas de la Brigada de Investigaciones Este y de la seccional 9na lo apresaron en su barrio, el siempre conflictivo Guayama. Los policías lo buscaban luego de que vecinos de otro barrio, el San Juan 3 (situado delante del otro), lo acusaran de llevar adelante una seguidilla de delitos como robos en las casas, arrebatos en la vía pública y amenazas, señalaron fuentes cercanas al caso.

Sin embargo, todo el despliegue que la Fuerza llevó a cabo ayer para aprehenderlo tuvo un importante revés: Flores esta mañana fue liberado. Fuentes policiales y judiciales explicaron que, pese a que en el barrio todos lo acusaban a viva voz (incluso hubo una reunión con el comisario en el que lo señalaron como el gran dolor de cabeza de la zona), oficialmente tenía una sola denuncia en su contra, por el robo de una bicicleta. Y que no se contaba con pruebas fehacientes como para complicarlo.

Los vecinos que en alguna oportunidad fueron víctimas fueron invitados a denunciarlo, pero no lo hicieron, revelaron las fuentes. «Es porque tienen miedo», dijo alguien ligado al caso.

Flores tiene problemas de adicción a las drogas. Según fuentes judiciales, su madre pidió su internación, pero aún ese pedido no avanzó.

Mientras, el terror se volvió a instalar en el San Juan 3 y en los alrededores. El problema los azota desde hace varios años pero los vecinos afirman que en los últimos meses se acrecentó, al punto de que hasta les da miedo hacer algo tan simple como salir a regar o a sacudir un mantel.

ALGUNOS CASOS

-A una comerciante

A principios de abril pasado, a Natalia Castro ladrones le llevaron en total más de 150 litros de productos de limpieza. «Me robaron lo que tenía para subsistir y darle de comer a mis hijos. Con esto comemos, tiramos la semana, esa es la bronca que tengo», había dicho en aquella oportunidad a este diario.

El golpe a la pequeña comerciante ocurrió de madrugada. Los delincuentes (creen que eran 5) al parecer treparon por el portón del frente y se fueron directo al lugar donde Castro dejaba los bidones, a un costado de la vivienda.

Aquella vez contó que «ya de noche ni dormimos. Yo duermo de día, con mi hija nos turnamos para atender el negocio. Así es muy difícil».

Apenas unos días después del robo a Natalia Castro, otra vivienda del barrio fue blanco de la inseguridad. Un delincuente entró a una casa que está en alquiler y sustrajo una puerta y un lavamanos, pero los vecinos lo descubrieron y tuvo que dejar el botín para poder huir. Raúl González dijo en aquella oportunidad que cada vez que se le va un inquilino, desde hace un tiempo saca hasta el inodoro porque siempre le desmantelan la vivienda.

-Una notebook con fotografías únicas de su hijo muerto

En octubre de 2018 malvivientes entraron a una casa de la manzana A del barrio y le robaron a una mujer llamada Laura López la computadora en la que guardaba fotos y videos de su hijo fallecido.

El ataque ocurrió de mañana, cuando López, su madre y tres hijos dormían. Momentos antes había salido de la casa la pareja de la mujer, padrastro del chico fallecido, rumbo al trabajo. El hombre dejó la puerta del frente sin llave y ese descuido fue aprovechado por dos sujetos, que sin dudarlo entraron sigilosamente para no despertar a la familia.

La notebook Lenovo estaba sobre una mesa, en la cocina. Además, de un mueble del living sustrajeron un televisor de 32 pulgadas. Y hasta tuvieron el coraje de entrar a la habitación donde descansaba la madre de López para sacarle un celular que tenía sobre una almohada. La abuela se dio cuenta y sus gritos despertaron al resto de la familia, pero para cuando reaccionaron los ladrones ya habían huido corriendo.

-A un remisero

En agosto pasado el remisero Rodolfo Ríos (57), fue asaltado cuando iba entrando a su casa, situada en la calle Luján, la principal del barrio. Según fuentes policiales, tres sujetos armados con cuchillos se habían ocultado en el garage, lo sorprendieron cuando entraba y lo redujeron para sustraerle unos $3.000, su celular, un juego de llaves y el equipo de radio de su remís.

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