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Desde que comenzó la pandemia uno de los lugares más afectados es el paraje Difunta Correa, en Caucete. Este lugar religioso y turístico por excelencia que supo atraer miles de visitas todos los años, está transitando un duro momento de cambios.

Con el inicio de la cuarentena obligatoria, el Santuario y los puestos gastronómicos de sus alrededores tuvieron que cerrar. Pasaron 9 meses y aún no hay ningún tipo de actividad comercial ni religiosa.

Las familias que viven desde hace años en el paraje relataron que la situación económica es compleja y tratan de sobrevivir como pueden. Muchos de ellos el único sustento laboral que tenían eran los puestos de comida y artesanías que atendían.

“Es bastante difícil la situación, el negocio lo tengo cerrado. Trabajan mis hijos, tengo tres varones. No hay entrada de plata por ningún lado, ya llevamos varios meses de pandemia igual”, contó una de las señoras que se dedica a elaborar tortitas.

Para solventar esta dura realidad, desde el Ministerio de Turismo y Cultura, Desarrollo Humano y el Municipio de Caucete están trabajando para la implementación de programas de créditos y ayudas que serán destinados a las comunidades de San Expedito y Difunta Correa. Cabe mencionar que estos parajes quedaron fuera de la habilitación del turismo interno de la provincia.

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