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A Luis Carpio (61) lo despertó el fuego, las llamas que se colaban desde el ranchito de al lado, que está pegado al suyo. A su otra vecina, la correntina Graciela Espíndola (43 años, madre de 6 chicos) los gritos de Luis y también el fuego. Eran las 4 de ayer. A esa hora, Graciela alcanzó a sacar una heladera y a decirle a sus hijos que salieran a la calle, que desistieran de la idea de rescatar sus cosas porque ya se les venía el techo abajo. Luis alcanzó a salvar su moto, un televisor y un modular, porque el humo y las llamas no le dejaron más chances.

¿Cómo se inició el fuego? «Fue la pareja del fondo, ellos son los culpables de dejarnos a la calle. A la hora que pasó yo los escuché discutir, amenazaban con matarse, con prender fuego», dijo Graciela, indignada.

«Fueron ellos, él se llama Francisco Silva y ella Analía creo que Agüero. Hace 3 años que vivían ahí en el fondo… después del incendio no aparecieron más», dijo Carpio.

Todo pasó en unas precarias casas levantadas en el predio la exbodega Torraga, en Paula A. de Sarmiento metros al Este de Ignacio de la Roza, en Caucete.

El más antiguo allí es Luis. Llevaba 13 años viviendo en el lugar y ayer no pensaba bajar los brazos. «Tengo que seguir con mi trabajo, yo hago cañizos para techos, como pueda voy a levantar de nuevo una piecita», dijo el hombre.

«Tengo que seguir luchando por mis hijos, así como empecé de cero cuando me vine de Corrientes, hace 10 años», aseguró Graciela. Aquella vez, la esperanza de hallar una mejor situación económica la impulsó a salir de su Curuzú Cuatiá y arribar a San Juan. Entonces tenía pareja, pero al poco tiempo se separó: «me pegaba mucho», dijo la mujer.

Pero aún con 6 chicos se las arregló: su trabajo como empleada doméstica y una ayuda estatal (la Asignación Universal por Hijo) le permiten darse vuelta. Fue la más afectada por el incendio, porque perdió todo, incluidas 6 cuchetas, 4 televisores, 3 placares, mesas, sillas, ropa, calzado, muebles y todo lo que había en ese rancho con techo de machimbre, cubierto con naylon, una capa de brea y otra de cemento, en el que había dos dormitorios, la cocina comedor y el baño.

Precisamente el material inflamable de la casa de Graciela, los palos y las cañas en el techo de Luis, provocaron que las llamas se propagaran tan rápido, que cuando llegaron Bomberos (los voluntarios de Caucete y los de la Policía), nada pudieron hacer.

«Faltan las pericias, pero no podemos descartar que el incendio haya sido ocasionado intencionalmente», dijo un jefe policial.»

Diario de  Cuyo

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