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Si bien las detenciones por los nuevos bolsos con plata vuelven la mirada sobre la corrupción K, involucran a la familia del Presidente.

Estaba recién asumido y, en medio de la amplitud de su despacho, Mauricio Macri desgranaba los detalles de un informe clave en el arranque de su gestión: «El Estado sobre el Estado». Allí, entre otras cosas, se explicaba el desastre que había heredado Cambiemos del kirchnerismo en las obras públicas. Corría 2016 y el Presidente aprovechaba para contar un infidencia. Lo había llamado «tres veces» su primo empresario Angelo Calcaterra, entonces cara visible de la constructora IECSA, para avisarle que daría un paso al costado de los negocios públicos para no generar incompatibilidades éticas con la flamante administración. «Le dije que no, que si es honesto y se presenta como corresponde en las licitaciones no tiene por qué correrse. Hay que cambiar esa idea en la Argentina», concluía con gesto convencido Macri.

El recuerdo viene a cuento del escándalo por corrupción que vuelve a sacudir al país. La detención primero de un chofer, pero después de un alto ex funcionario K y algunos empresarios, todos acusados de traficar bolsos con plata de coimas. Entre los hombres de negocios (de los privados) aparece Javier Sánchez Caballero, ex gerente general de IECSA, la constructora que manejaba Calcaterra.

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Al menos durante el período kirchnerista, la Justicia sospecha que la firma vinculada a la familia Macri no se presentaba del modo «honesto y como corresponde» que pide el actual Presidente. IECSA también está vinculada al caso  Odebrecht, la empresa brasileña que admitió haber pagado al menos 35 millones de dólares de sobornos en la Argentina. Pronto habrá novedades.

¿Esta incómoda situación familiar para Macri cala en el ánimo del común de los argentinos? ¿O creen que la corrupción es un activo básicamente kirchnerista? ¿La citación a indagatoria de Cristina exime a Cambiemos del escándalo? ¿Hasta dónde toma cuerpo la teoría K de que «al final ellos también son corruptos (como nosotros)?»

De cómo se resuelvan estos interrogantes podría depender, en parte, el impacto de la noticia. ¿Es todo ganancia para el Gobierno y corre un poco de eje la crisis económica? Y preguntando más profundo: ¿cuánto les importa a los argentinos la corrupción? ¿La toleran en época de bonanza económica y castigan cuando se vacían los bolsillos?

Las últimas encuestas de humor social coinciden en un par de conclusiones que pueden servir de faro.

– La inflación, en general, es el tema que más preocupa a los argentinos, por encima de la inseguridad y la corrupción.

– Cuando se consulta por la corrupción, el kirchnerismo aparece más manchado, pero el macrismo no sale completamente limpio.

Ultima pregunta para cerrar: este mediodía, el ministro de Energía, Javier Iguacel, confirmará el volumen de próximos aumentos de la luz. ¿La gente le prestará más atención a eso o a que en unos días Cristina Kirchner será indagada por este nuevo caso de coimas embolsadas?

CLARIN

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