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Las Letras de Liquidez (Leliq) son instrumentos que emite el Banco Central a siete días a las que sólo pueden acceder las entidades bancarias. Las Leliq fueron lanzadas en enero de este año, con motivo de comenzar a desarmar la bomba de Letras del Banco Central (Lebac).

Se trata, además, de un instrumento con mercado secundario, que quiere decir que se puede comprar y vender diariamente, lo que otorga a los bancos margen para manejar sus necesidades de pesos de cortísimo plazo.

Desde el 1° de octubre, entró en vigencia el nuevo esquema de política monetaria de control de los agregados monetarios que reemplaza al antiguo diseño de “metas de inflación”.

Desde el nuevo marco de política, se fijó un objetivo sobre la cantidad de dinero primario que existe en la economía con el fin de limitar la cantidad de billetes y así dejar sin combustible a la inflación. El eje central de esta estrategia es hacer un torniquete monetario: la cantidad de dinero permanecerá constante (no crecerá ni decrecerá) hasta el 30 de junio de 2019.

Como la meta es dejar fija la cantidad de dinero, la tasa de interés, que es el precio del dinero, pasa a ser endógena. Esto quiere decir que la tasa de interés no es directamente fijada y anunciada por las autoridades, si no que se define en el mercado de acuerdo con el cumplimiento de la meta sobre los agregados monetarios.

A fin de cuentas, si el objetivo es muy exigente, la tasa resultante deberá ser muy alta y eso es lo que ocurrió en las tres primeras semanas del nuevo esquema.

Durante este lapso, las Leliq vienen rindiendo en promedio una tasa nominal anual superior al 70 por ciento, que implica una erogación diaria de intereses por encima de los $ 950 millones.

Sin embargo, luego de la última licitación de Lebac, las existencias de Leliq crecieron de forma considerable y el último viernes los intereses diarios superaron los $ 1.200 millones.

La espiralización de los intereses es algo concreto y que está ocurriendo, causada en última instancia por la tasa de interés que resulta de la meta sobre el total de dinero primario.

Con la simple idea de contextualizar esta cifra de intereses diarios y darle una cuantificación concreta al valor de la actual política monetaria, se puede tomar el costo de construcción de una vivienda social de 50 metros cuadrados. El costo total de una vivienda de este tipo ronda el millón de pesos. Ergo, los intereses que paga el BCRA por las Leliq equivalen, en promedio, a mil viviendas sociales por día.

Si el programa monetario es exitoso y se mantiene la base monetaria sin cambios hasta fin de junio de 2019 y se supone, además, un sendero razonable de baja de la tasa de interés, el stock de Leliq irá creciendo progresivamente hasta ubicarse entre los $ 1.000.000 millones y los $ 1.200.000 millones. Estas cifras son difíciles de dimensionar y equivalen a decir que habrá prácticamente otra base monetaria oculta “en las sombras”.

Es aquí donde vuelve a surgir la pregunta: ¿cómo hará el BCRA para pagar las Leliq?

Hay que tener en cuenta que el hecho de no refinanciar el stock (que vence en su totalidad cada siete días) implicaría duplicar la cantidad de dinero de la economía y liberar combustible para que la inflación continúe su estadía crónica en la Argentina.

La Voz

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