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Una vez más, las y los adolescentes tomaron la posta en la lucha por la equidad de género: en el colegio Modelo Mármol de Almirante Brown, las chicas asistieron a clases en pantalón de vestir y los chicos, con pollera. Fue luego de que las autoridades de la institución les dijeran a las estudiantes que tenían que modificar el largo de su ropa para “evitar abusos”, según afirmaron.

De acuerdo a lo que contaron las alumnas, el viernes pasado los directivos convocaron a una reunión a las chicas de quinto y sexto año. Una vez ahí, les exigieron que bajen el ruedo de sus polleras para respetar las reglas del uniforme del colegio, pero también para “no provocar”. “‘La pollera está muy corta, generan malestar, hay malos comentarios dando vuelta’”, fue lo que les dijeron, según publicó Matías Caravaca, uno de los alumnos que participó de la intervención.

Durante el fin de semana, los y las estudiantes se organizaron y decidieron hacer una protesta en medio del recreo. La consigna era que las mujeres se tenían que vestir con el uniforme de los varones (chomba y pantalón gris), y ellos se tenían que poner la pollera escocesa que identifica al colegio. Algunos, además, agregaron un especial accesorio: el pañuelo verde de la Campaña por el Derecho al Aborto, e incluso maquillaje.

Así, intentaron demostrar a las autoridades que “si los hombres pueden usar pollera sin que se los acose, el problema no está en el pedazo de la tela” y que “el problema no es la ropa, el problema es la sociedad”. Además, agregaron carteles con consignas como “La pollera ¿es un símbolo sexual o se simboliza sexualmente?” y “Mi ropa no define mi…” en la que los y las chicas podían completar la frase con lo que quisieran.

“Hoy, lxs alumnxs dieron cátedra de valores; haciendo entender a esa persona, y a las demás que la situación no era como se planteaba, luchando para la naturalización de los cuerpos, y explicando a través de un método revolucionario como la exhibición del cuerpo, que la ropa no tiene género. Las polleras no tienen que estar más cortas, los ojos deben mirar para otro lado; y las bocas, por favor las bocas, cerrarse”, continuó en su publicación Caravaca.

Aún así, las autoridades defendieron que fue un malentendido. “Sentimos que en esa charla no había quedado clara la situación, ya que está lejos de este colegio creer que el largo de la pollera puede llevar a un abuso», aseguró a Clarín el representante legal del colegio, José Pablo Abd.

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