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La Organización Huarpe Pinkanta recibió el Inicio del Ciclo Nuevo con el canto de los coyoyos, anunciando la llegada del calor, de los nuevos brotes, coincidente con el próximo cambio de estación. La actividad tuvo lugar en el paraje El Junquillal, ruta 147, kilómetro 459, El Encón, en el conocido punto tripartito entre San Juan, San Luis y Mendoza.

La ceremonia fue presidida por el Omta Samay Ñerke, autoridad tradicional del pueblo huarpe pinkanta, el Consejo de Ancianos y el Consejo de Jóvenes; el director de Políticas para la Equidad y Desarrollo Social en representación del Ministerio de Desarrollo Humano, Raúl Alonso y referentes de la comunidad.

«Para el pueblo huarpe el lugar donde se realiza esta celebración es simbólico, dado que es el sitio exacto donde se firmó el acuerdo de paz entre el pueblo preexistente huarpe y las correspondientes provincias de Cuyo», señaló Alonso.

«La comunidad despide el año que culmina con el pedido especial Amytayan chelay cuyultum al último sol del año viejo protector del día, para que se lleve todo los problemas, cargas, enfermedades, dificultades, pruebas no resueltas y obstáculos», referenció el funcionario.

La ceremonia continuó con el pedido a la última luna protectora, junto con la naturaleza, humanos, animales, plantas, piedras, tierra, aire, agua, fuego, cielo y estrellas. Esta celebración es en homenaje a la fecha que da inicio al ciclo de la vida, donde se espera la salida del sol del año nuevo, cerca de las 6 de la mañana.

La celebración tuvo diferentes momentos, entre los que se destacaron la ceremonia de apertura, la asamblea, ceremonia de recibimiento y despedida al sol, discusión de problemas y toma de decisiones para encontrar soluciones a la comunidad. Luego de la puesta del sol, se realizó la ceremonia con el fuego, la cual estuvo acompañada de cantos y diversas expresiones artísticas.

La apertura de la asamblea estuvo a cargo de la autoridad máxima Omta Roque Miguel Gil, guía espiritual encargado de llevar a cabo las celebraciones, quien pido cada uno cada uno de los presentes en círculo que se presentaran, hablo de la cosmovisión de los huarpes y los conocimientos que adquieren a través de las vivencias.

“La dirección tiene como eje fundamental promover y fomentar las actividades que realizan los pueblos originarios en la provincia, y seguir acompañándolos para visibilizar las acciones que llevan a cabo, respetando su cosmovisión de la vida”, añadió en lo posterior Alonso.

La fiesta de la comunidad es vivencial permite recuperar los legados de los ancestros y sus «mandatos», entre los que se encuentran la armonía con la naturaleza» y el respeto «por toda vida», la tradición sigue viva, de la mano de un resurgimiento de la cosmovisión y espiritualidad.

Según datos de la Unesco, los pueblos indígenas representan cerca del 5% de la población mundial. La Organización de las Naciones Unidas estima que esto se traduce en 370 millones de personas, agrupadas en más de 5000 comunidades, en unos 90 países. Si bien los pueblos indígenas son sinónimo de riqueza cultural, de respeto y preservación de la naturaleza, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas del planeta.

Qué dice la Constitución Argentina sobre los pueblos originarios

En 1994, incorporó tratados de derechos humanos en su artículo 75, inciso 22, y en el inciso 17:

  • Reconoció la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos;
  • Garantiza el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural;
  • Reconoce la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan, y regula la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; y
  • Asegura su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten.

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