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Mustafá Ali, su esposa Cefin y su hija de un año, nacida en un campo de refugiados de Líbano, es la primera familia oriunda de Siria que recibirá San Juan a través de la organización Juventud con una Misión (JUCUM) y que canalizó la iglesia evangélica Renacer con sede en Rawson, donde vivirá esta familia.

Carlos Lira, pastor de la iglesia, contó a Tiempo de San Juan que se trata un proyecto de larga data pero que se recién ahora se materializa.

“Hace 2 años que se viene trabajando en esto, sabemos que con la guerra del estado islámico en Siria, unos 6 millones de personas salieron de su país, de los cuales 2 millones llegaron a campos de refugiados de Líbano, de donde viene esta familia. Trabajamos a nivel nacional con una organización cristiana evangélica para rescatar una familia por iglesia y lograr sacar 40 familias de refugiados. Pero es un proceso largo, se hacen muchos trámites, entrevistas en la embajada, se trabajó con la Organización Internacional de Migraciones y otras organizaciones para poder sacarlos. No es fácil”, contó Lira.

Después de mucho trabajo se consiguieron los pasajes y se tramita el alquiler de una vivienda en Rawson, costo que estará a cargo de la iglesia. “Somos la iglesia solicitante porque para que salgan del país deben ser solicitados, entonces yo, Carlos Lira, pastor de la iglesia Renacer, los solicito. Gracias a Dios llegan el martes próximo y van a vivir en Rawson. El municipio está aportando mucho y será una gran tarea de integración cultural porque ellos no hablan español, hablan árabe”, dijo el pastor.

Mustafá tiene 33 años y Cefin, 24, “son gente trabajadora y vienen con mucha expectativa. El es sastre pero está dispuesto a trabajar en otra cosa, lo sabemos porque pudimos charlar con ellos con un traductor. Me dijeron que les gusta les gusta San Juan, además yo les vendí muy bien a la provincia”, señaló Lira.

La municipalidad de Rawson ha manifestado la posibilidad de integrarlos laboralmente pero no será inmediato: las primeras semanas serán de aclimatación y tendrán acompañamiento de todo tipo, desde sanitario hasta cultural para que aprendan no solo la lengua sino también las costumbres.

“Vamos a generar un acompañamiento constante pero no invasivo. Vamos a estar con ellos todos los días asegurando que no les falte nada pero también que tengan su espacio y comiencen a hacer su vida”, aclaró.

La vivienda la alquilará la iglesia y esa ayuda podría extenderse por dos años hasta que la situación económica de la familia esté encaminada. Pero están recibiendo toda la ayuda que la gente quiera hacerles llegar, desde alimentos no precederos hasta ropa o muebles, en la sede de la iglesia calle Mendoza 1423 Sur.

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