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Ya se terminaron los cimientos y comienza con las paredes. La obra cuesta unos $12 millones y sólo se usan las donaciones.

La nueva iglesia de San Expedito, en Bermejo, departamento Caucete, avanza a paso lento, pero avanza. La construcción del nuevo edificio comenzó en enero de 2015 y apenas tiene los cimientos terminados. Pero el sacerdote a cargo de la obra, David Gomez, es optimista y cree que en abril, para la fiesta mayor del santo, tendrán algunas paredes levantadas.

«La sensación de la gente del lugar es que la obra va muy lento, y es la sensación que tenemos todos. La obra podría ir más rápido si hubiese más dinero, como todo, pero lo hacemos con lo que la gente va donando. Llevamos gastado más de $2 millones y juntar ese dinero de donaciones no es rápido. La sensación es producto del deseo de que se termine la obra, pero las grandes obras no se construyen de un día para otro. Creo que dos años para las fundaciones es mucho y la alegría más grande vendrá cuando levantemos las paredes y espero que para la fiesta de la semana del 19 de abril tendremos varias paredes levantadas”, dijo el sacerdote.

Gomez explicó que otro factor que influye en que la obra sea más lenta es la distancia, San expedito se encuentra a unos 100 kilómetros de la Ciudad. «Todo se encarece y no siempre las circunstancias del lugar ayudan a que lleguen los obreros que van de afuera, sobre todo los más especializados”.

La constructora que levanta la iglesia es Díaz y Díaz, una empresa con sede en la Ciudad pero que pertenece al hijo de gente nacida en el lugar, según contó el párroco.

La estimación del costo total es de $12 millones y ya se invirtieron $2 millones. «Es un monto muy importante teniendo en cuenta que son sólo donaciones, no se reciben subsidios de ningún lado. Hay que tener en cuenta que hay parroquias que no llegan juntar $200.000 en el año. Todo en San Expedito es gracias a la gente que deja dinero y también material porque quiere ver el templo terminado”, dijo Gomez.

Desde la comisión al frente de la parroquia bajo el liderazgo del Arzobispo, Alfonso Delgado, aprobó el 1 de febrero la continuidad de la obra por eso en estos días comienzan a levantar las paredes. «Seguimos recibiendo donaciones, efectivo y materiales como cemento, hormigón, ladrillos y otros que iremos viendo más adelante como ventanas”.

La mayoría de las donaciones en materiales las deja la gente en el lugar, otras veces hace un aporte monetario específico, por ejemplo para 10 bolsas de cemento.

Desde el 2015, cuando asume el padre Gomez, se realiza un control exhaustivo de las donaciones con recibo, tal como dice el cartel al costado de la iglesia. «La gente recibe su documento de donación si lo quiere, muchos no lo piden y ponen en la alcancía, pero todo pasa a la cuenta bancaria y todo lo que entra ahí pasa por los libros de contabilidad que lo lleva un contador para la capilla, supervisado desde el Arzobispado y la comisión que formamos los tres sacerdotes. Entre todos controlamos lo que entra y sale”, aseguró el Padre.

San Expedito tiene una pequeña capilla y según explicó el párroco, va camino a ser santuario por la cantidad de gente que llega y por la importancia que tiene en la zona lo que motivó a la construcción de un nuevo templo.

Es la única capilla consagrada exclusivamente a San Expedito en todo el país por eso llegan promesantes de todas las provincias, inclusive de Chile, Bolivia y hasta de estados Unidos, aseguró el sacerdote.

En los días de la festividad del santo llegan hasta 50.000 personas al paraje y todos los domingos llegan miles de personas y se celebra la misa.

«Estando en medio del desierto, que vaya tanta gente es significativo. El nuevo templo no desplaza la capilla vieja sino que la incluye y se podrá ingresar por la vieja y por la nueva construcción”, explicó.

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