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Hoy conmemoramos 170 años del paso a la inmortalidad de uno de los hombres que bregó por la libertad de todo el pueblo americano.

Su accionar ha quedado marcado en el imaginario colectivo, como una de las proezas más emblemáticas, fruto del genio de un hombre que junto a otros incursiona en la gesta que permitió por un lado a países vecinos, Chile y Perú su libertad y por otro a nuestro país consolidar lo que se había logrado en 1816 con la declaración de la independencia.

Aquí podemos destacar como las raíces, el origen fue mayor que cualquier título, posicionamiento, status o jerarquía ya que San Martin podría haber decidido continuar luchando a las órdenes de España y recibir honores materiales, pero esto no estaba en su esencia, en su carácter, es por ello que vuelve a su terruño, con la convicción de luchar por una patria libre, con oportunidades y condiciones de igualdad para sus habitantes.

La creación del regimiento de granaderos a caballo, su accionar a través de la Logia Lautaro van entremezclando actitudes publica y en secreto del gran general. La necesidad de concretar de manera efectiva lo impulsa a modificar la estrategia, ya que al encontrase al frente del ejercito del Norte es cuando se da cuenta que la misma debía cambiar si realmente queríamos vencer a los españoles y expulsarlos de nuestro suelo.

La designación del general como Gobernador Intendente de Cuyo en 1814 no significaba la necesidad del general de ocupar un lugar de privilegio en la política del momento, sino más bien se trataba del marco legal que posibilitaría legitimar un plan ambicioso, riesgoso, difícil, pero con preparación sería una realidad. “Se puede tener el mejor ejército, los mejores hombres, las armas más sofisticadas, pero si no se conoce el campo de batalla en el cual se va a pelear, sólo el azar, y la suerte pueden compensar, pero San Martín tenía esto muy en claro y es aquí donde Cuyo cumple su rol trascendental.

La visita a San Juan no se trató sólo de un acto propio de una gestión de gobierno sino más bien se trató de una de las tantas cuestiones que el general no pretendía dejar escapar para que su estrategia tuviera éxito.

Quienes vivimos en San Juan a veces tenemos ideas vagas de nuestra Historia y por ende respondemos desde el desconocimiento y lamentablemente en ocasiones desde el desinterés, cuantas veces escuchamos sobre la celda de San Martín y respondemos “””haaa Estuvo preso””, “que habrá hecho para que este en la cárcel” etc, etc, pero en realidad hace referencia al momento en el que el general se hospedó en una habitación del convento de Santo Domingo cuando vino a San Juan para conocer los pasos por donde cruzar a Chile y reunirse con distintas personas que proporcionarían un gran apoyo.

Diversos actores sociales de gran relevancia hicieron su aporte a esta iniciativa de libertad, el general contó con el apoyo de todo Cuyo, San Juan lo hizo de  manera significativa a través de toda una sociedad comprometida, desde las patricias sanjuaninas, la columna sanjuanina liderada por el teniente coronel Juan Manuel Cabot que será la primera en pisar suelo Chileno y aportar el primer triunfo al general, José Ignacio de la Roza, Teniente- Gobernador por entonces de San Juan quien tuvo la dura tarea de cobra, y exigir el pago de impuestos cuyos recurso fueron a parar a solventar algunos de los tantos gastos de este ejército. Muchos de estos nombres siguen presente en lo cotidiano, calles, barrios, plazas llevan dichos nombres,  pero el desconocimiento nos lleva a no comprender el por qué, es decir no podemos valorar aquello que no conocemos y ahí está el desafío, conocer para comprender, conocer para valorar.

Hombre al que ningún detalle podría escaparse ya que de ellos dependía su éxito. Su capacidad logística, estratégica en asuntos propiamente militares se entremezclaban con un gran sentido de la humanidad que quedan en evidencia en sus máximas pero que a su vez se expresan en acciones tendiente a bregar por la libertad de todos y cada uno sin importar el color de su piel.

La idea de libertad retumbaba en su mente y lo impulsaba a colocar todo su esfuerzo, a pesar de los momentos de debilidad, propios de un estado de salud que en varias ocasiones le jugaba en contra y que ante la incertidumbre y las dudas de sus soldados lo obligaba a salir de su tienda y arengar a sus soldados para que no perdieran la fe, las fuerzas, las convicciones.

Sólo 12 años le bastaron al general para concretar su gran anhelo, lamentablemente las contradicciones y las disputas internas lo empujaron al ostracismo seguramente no porque él así lo quiso. Nuevamente el desarraigo lo acompañaría, pero esta vez seguramente con la paz y la tranquilidad de que había empeñado todas sus fuerzas para que seamos una patria libre.

Recordar el accionar de San Martín nos debe impulsar a asumir un lugar de protagonismo, ese que nos permita consolidar los derechos por los cuales aquellos hombres liderados por el gran general tuvieron que luchar: la libertad y la igualdad.

 

 

 

Profesor: Manuel Cuello

Editor del Diario: Ivan Palacio

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