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«Me llamaron a mi casa. Yo no estaba, estaba mi esposa. Ella me dijo que me habían llamado de ANSES de Buenos Aires. Al rato volvieron a llamar. Me dijeron que había un dinero depositado a nombre mío de ANSES, que tenían una deuda conmigo. Cuando uno anda necesitado se come el garrón ahí nomás», explicó Juan, el jubilado de 68 años de edad que víctima de la estafa.

El protagonista y víctima de este engaño pidió no ser identificado cuando brindó su testimonio a Canal 13 San Juan. Por esa razón lo identificaremos como Juan, como nombre de fantasía.

«Me dijeron que tenía que ir al cajero, poner la tarjeta, y me iban a decir los pasos a seguir», continuó el jubilado. La patraña fue todavía más grande. Le manifestaron que como su cuenta solo podía recibir una acreditación de hasta 50.000 pesos y el monto total a transferir era de 57.000, tenía que involucrar otra cuenta más: la de su mujer.

Fueron al cajero del Banco San Juan y, teléfono en mano, siguieron las indicaciones que les iban dando. Luego se enterarían de que los utilizaron para operar vía home banking como eslabones de su propia estafa.

«Metimos la tarjeta y me dijeron que mañana teníamos que volver, que ahí iba a estar ese dinero», continuó Juan.

Sus necesidades son muchas, cobrando una jubilación apenas por encima de la mínima, en el orden de los 10.000 pesos mensuales. Cuando pasó a retiro solicitó un préstamo de Argenta para ponerse al día con todos los gastos. Todavía lo está devolviendo, a razón de unos 2.500 pesos mensuales. A esa retención se le sumará desde este mes de julio -cobra sus haberes el día 28- también el descuento de la cuota del préstamo que no pidió y que no vio nunca tampoco.

Según explicó, con el engaño le hicieron tomar un préstamo por 90.000 pesos a él y a su señora por 50.000 pesos, pero no les acreditaron el monto nunca. El suyo fue a la cuenta de un tercero en el Banco Credicoop y el de su esposa, a una cuenta del Galicia.

Descubierto el engaño, hicieron la denuncia policial el 28 de junio pasado y se encontraron con que había varios otros casos similares. La causa recayó en el Tercer Juzgado de Instrucción, a cargo de Guillermo Adarvez.

«El juez es el que tiene que parar todo esto. Me quedo sin sueldo. Soy operado del corazón, tengo ocho remedios que tomar por mes. No me da tiempo para ir a la policía, ir a la abogada», lamentó Juan.

Según le informaron, la Policía ya tiene las sábanas con las llamadas cruzadas y la ruta del dinero, acreditando cómo fue la operatoria. Falta dar con los autores.

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