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La dura historia de vida de un abuelo que vive en un baldío de Caucete tuvo una caricia al alma gracias a la ayuda de voluntarios que le devolvieron la sonrisa.

Es que a Víctor todo le resultó cuesta arriba. Con sus pocas pertenencias, ocupa una carpa y cuando conoció a los integrantes de la ONG «Sí acompaño», empezó a ver una posibilidad de estar mejor. «Víctor es muy querido, quizá por su fragilidad y dada su condición de extrema vulnerabilidad ya que vivía en la vereda. Los voluntarios de Caucete quisieron hacer algo más para mejorar su vida. El año pasado le iniciaron una pensión que salió este año, con apoyo de los empleados de Anses del departamento», contó Claudia Chirino, referente de la ONG.

Sin embargo, algo decepcionante ocurrió. «Una mujer se aprovechó de su estado de inocencia y mente confusa y le robó su primer pago retroactivo de $24.000. Cuando nuestros voluntarios fueron a acompañar a nuestro amigo Víctor a cobrar ya ese dinero había sido robado», contó Claudia.

Lejos de desalentarse y el acompañamiento desde la empatía, los voluntarios fueron por más: un lugar digno para que el hombre pase sus días. «Con ahorros que se pudieron lograr con su pensión, se le compró una casilla metálica para que viva. Después de limpiar el terreno e instalar servicios, se colocó y acondicionó para que tenga una vida más digna.», detalló.

La ONG Sí acompaño realiza un abordaje integral con las personas en situación de calle en Caucete y Capital, también extienden su asistencia a otros sectores. Víctor es una de las decenas de personas a las que se asiste con alimentos, ropa y también con trámites para que puedan tener mejores oportunidades.

Diario La Provincia SJ

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