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El coronavirus golpeó de cerca a Mónica Jofré, jefa de Epidemiología de San Juan.

Jofré, está a cargo de una de las áreas más sensibles de esa cartera y ahora pasa por uno de los momentos más angustiantes de su vida, entre el estrés que genera la pandemia y vivir de cerca la muerte de un familiar por culpa de ese virus.

“Todos tenemos un familiar que se puede contagiar y no nos vamos a poder despedir de él si pasa a mayores”, dijo conmovida casi previendo que iba a sufrir una pérdida.

Así fue y como muchos la funcionaria perdió a una tía de 86 años, quien murió el martes 17 de noviembre. Además, tener a la mayoría de los parientes de esa mujer aislados.

De aspecto duro, pero de profunda sensibilidad, Jofré se conmovió en varias conferencias de prensa al hablar de quienes fallecieron por coronavirus en San Juan: “No son sólo números, significa que son pacientes que mueren aislados. Es muy duro porque no se van a poder despedir de sus familiares. Tener que calcular bolsas mortuorias es duro”, dijo en una de las primeras conferencias.

Después nunca se cansó de hacer docencia y de repetir una y otra vez las medidas sanitarias contra el coronavirus: barbijo bien colocado, distanciamiento social e higiene constante de manos.

La pandemia llegó, como un mazazo, para cambiar radicalmente la vida de la funcionaria que era desconocida para la mayoría de los sanjuaninos antes de marzo. Una funcionaria que pasó a ser la cara visible en los reportes diarios del coronavirus en San Juan y actualmente a vivir de muy cerca una muerte por COVID-19.

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